En el blog Bayareli he encontrado una entrada muy interesante en la que nos explica los motivos por los que debemos estar en clase de Religión.
Os hago un resumen:
1ª.- Dar Religión no es un privilegio sino que es un derecho, dado que hay una gran polémica sobre la clase de Religión y sobre su presencia en la escuela, debemos tener muy claro que la clase de Religión en la escuela no es algo del pasado sino que es un derecho constitucional, amparado en el artículo 27.3 de la Constitución.
2ª.- La clase de Religión y la catequesis aunque se asemejan, son dos cosas distintas, la escuela se ciñe al ámbito cultural, la catequesis procura introducir al catecúmeno en el seguimiento personal de Jesucristo.
3ª.- La clase de Religión proporciona una educación moral. Una educación integral debe incluir la dimensión moral. De poco servirán la acumulación de conceptos en la enseñanza, si no hay un espacio específico en el que se eduque en comportamientos morales como la sinceridad, solidaridad, justicia, respeto, generosidad…
4ª.- La clase de Religión ayuda a comprender la cultura que hemos heredado, si un niño no conoce la religión católica no podrá entender la pintura, la música, la escultura, la arquitectura, la filosofía, la historia, la política, el folclore, las tradiciones…de las que vive rodeado en su día a día.
5ª.- La Clase de Religión nos ayuda a responder a preguntas como ¿por qué y para qué estamos en esta vida? ¿Qué hay más allá de la muerte?...
Hoy en día vivimos un rechazo a la Religión fruto de la ignorancia religiosa que existe, llegando a olvidar que para poder rechazar algo, primero hay que conocerlo. Esta ignorancia religiosa tiende a crear continuos mitos y sucedáneos del hecho religioso, ya que cuando dejamos de creer en Dios, tendemos a creer en cualquier cosa, haciéndonos más manipulables.
Hasta la reforma educativa , la asignatura de religión era evaluable y tenía la ética como alternativa de libre elección. Los padres, la Iglesia y la gran mayoría de los sectores sociales, entendían que aquélla era una solución justa. Existía la posibilidad de elegir entre una enseñanza moral confesional o una ética aconfesional. La gran pregunta es: ¿Por qué se derogó algo tan razonable que funcionaba bien? ¿Por qué cada reforma supone, en la práctica, una vuelta de tuerca más, en orden a un progresivo arrinconamiento?
¡Valoremos la clase de religión! Es un derecho para los ciudadanos, es un deber de conciencia para los católicos, es una necesidad para la felicidad de nuestros hijos y es buena para la sociedad.
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