En nuestro país la tradición es hacer una visita a las tumbas de nuestros seres queridos ya fallecidos, dejarles flores y rezar por ellos. También es muy tradicional comer los típicos dulces de estas fiestas que son los huesos de santo, los buñuelos, las castañas asadas, los pestiños o las gachas dulces.
Una de las obras de arte en la que podemos contemplar la representación del día de Todos los Santos fue realizada por Fran Angélico, un importante pintor de la Escuela de Florencia del siglo XV.
Fra Angélico utiliza colores brillantes para representar sentimientos espirituales en un intento de armonizar lo religioso medieval con la nueva estética renacentista italiana.
Fra Angélico utiliza colores brillantes para representar sentimientos espirituales en un intento de armonizar lo religioso medieval con la nueva estética renacentista italiana.
Está pintada siguiendo las técnicas del fresco y el óleo. Busca la belleza y la armonía sobre todo, de ahí que sus figuras aparezcan estilizadas y de gran suavidad en sus formas.
Sus imágenes se nos muestran como un conjunto de figuras elegantes y ligeras en tonos pasteles con un predominio del lapislázuli, dando un aspecto limpio y brillante y en las que se representa con gran maestría el movimiento de las mismas a la vez que se aprecia como el autor crea planos de profundidad a través de la perspectiva lineal.
También se aprecian toques de pan de oro con el que intenta acentuar la espiritualidad y la expresividad en los rostros, herencia de su época gótica.
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