Jesús prometió que siempre estaría con nosotros y esta promesa se cumple el día en que la Iglesia surge como comunidad cuando los apóstoles reciben al Espíritu Santo el día de Pentecostés.
¿Pero qué significa el término «Iglesia»?; cuando hablamos de Iglesia debemos pensar en primer lugar en el pueblo de Dios repartido por todos los confines de la tierra y que forma la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo.
En la Iglesia cada una de las personas que la compone y forman parte de ella es como una célula. Cada una es importante y tiene una función. Cada una contribuye de una manera diferente en el buen funcionamiento de la comunidad.
El Papa y los Obispos presiden la Iglesia y la gobiernan.
Hay personas que se dedican a estudiar, investigar y enseñar.
Otras son como las manos de la Iglesia, son las que cuidan, atienden y consuela.
Otras atienden a la Iglesia con su oración, sosteniéndola y fortaleciéndola.
Y todos los miembros de la Iglesia están unidos por el amor, tal como nos enseñó Jesús, que nos dijo que no somos importantes por nuestra inteligencia, ni nuestra fuerza o sabiduría, sino que lo que nos hace verdaderamente importantes es el amor hacia los demás y la capacidad para ayudar a los demás.
Todos unidos formamos la Iglesia y continuamos las obra de Jesús.
Al finalizar la lectura y la explicación realizaremos este ejercicio de Isabel Pola (fuente Todo Religión) que hay a continuación y comprobaremos lo que hemos aprendido.
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